lunes, 18 de agosto de 2008

Para pensar...







Oración insistente


Lo del casorio de la Ruperta, dicen que fue así. Ella trabajaba de maestra en el colegio de las monjas donde ibas su sobrina. Antes de comenzar sus horas de clase solía hacer una disparada hasta la capilla para satisfacer sus devociones. Y de paso, tratando de que nadie la viera, le hacía un saludito a San Antonio, que desde su hornacina atendía los pedidos referentes a su especialidad. La verdad que nunca se lo rezó en forma demasiado confesada. Pero con el saludo de la Ruperta, seguramente el santo comprendía los sobreentendidos que se contenían.
El que sí convertía su rezo en n pedido explícito, era quien sería su futuro esposo. Cada mediodía, cuando acababa su trabajo, no dejaba de arrimarse hasta la capilla del colegio, y sin rubor alguno se iba derecho a San Antonio y masculinamente, sin vueltas, le suplicaba le diera una manito para conseguir compañera. Ya tenía la casita terminada, y casi cumplidos los cuarenta. No podía darse el lujo de entretenerlo a San Antonio con indirectas. Por eso su súplica era muy concreta, y el tiempo la había vuelto insistente:
-¡San Antonio Bendito, consígueme novia!
La plegaria como digo, se fue volviendo insistente, y terminó por ser casi agresiva. Porque el hombre estaba dispuesto a pagar cualquier precio, con tal de ser escuchado. Prometió velas, le compró flores, le ponía plata en la alcancía. Y sobre todo le rezaba. Oración que se prolongaba en cuanto al tiempo y se intensificaba respecto al contenido. Al final ya se transformó en algo que tenía bastante de súplica, y mucho de amenaza.
Un día la cosa tenía que explotar. Porque aparentemente el santo se mantenía imperturbable, sin siquiera dignarse responder a su devoto peticionario. Firme en su hornacina, no decía ni sí ni no. Simplemente lo miraba con sus celestes ojos de vidrio, como atendiendo sin comprender la pena del pobre hombre. La pena un día se hizo rabia, y ésta estalló. Poniéndose de pie frente al santo lo tomó de la sotana y levantándolo en peso le pegó una sacudida, mientras le decía:
-¿Me vas a escuchar, o no vas a escuchar de una buena vez? ¿Hasta cuándo, me vas a tener penando? Un día voy a perder la paciencia y te voy a tirar por la ventana, santo y todo como sos.
Asustado casi por su propia irreverencia volvió a colocar la imagen de madera en su lugar, esperando que su actitud hubiera impresionado al santo. Pero al día siguiente todo estaba igual. Y esta vez la cosa fue en serio. Porque luego de la sacudida, literalmente el santo fue tirado con violencia por la ventana alta de la capilla que daba al patio. Justo en el momento en que Ruperta abandonaba el aula para regresar a su casa. Tan justo fue, que la imagencita así arrojada fue a estrellarse contra la espalda, provocándole un susto mayúsculo. Al descubrir la causa, recogió la imagencita, y hecha una fiera entró como tormenta en la capilla. Se dirigió enérgicamente donde esta el pobre hombre, que asustado no sabía qué hacer. No había sido esa su intención. Pero lo mismo tuvo que escuchar el tremendo chaparrón que se le descargó encima.
Apagado el fuego inicial, vino la parte referente a las disculpas y excusas, luego la de la reconciliación y finalmente la de las confidencias. Al mes ya estaban semiarreglados. Al poco tiempo la cosa ya era algo en firme.
La mañana en que se casaron en la capilla del colegio de las monjas, cuando salían tomados de la mano y bajo los arpegios del armonio familiar, instintivamente ambos miraron hacia la imagencita del santo. Y hubieran jurado que éste les había guiñado el ojo.
A veces los violentos llegan a arrebatar el cielo. En todo caso la insistencia es un ingrediente importante en la oración de petición. Está en los evangelios.


publicado en el libro Cuentos Rodados, Editorial Patria Grande.

El cuento nos ayuda a pensar en la importancia de la oración. Y especialmente en una de las características que enseña Jesús: la insistencia y perseverancia al orar.
¿Cómo es tu oración?
¿Te confías al Señor? ¿Le hablas de tus cosas, tus alegrías, tus problemas, tus esperanzas?
Si puedes relee este pasaje del evangelio en el cual Jesús habla de la oración, y compara su enseñanza con la del cuento:
¿Qué mensaje nos deja el cuento?
¿Cómo lo puedes aplicar a tu vida?


Buen Jesús,
enséñanos a orar más y mejor.
Que no aflojemos
a la hora de rezar.
Que no nos cansemos
de hablar siempre con el Padre.
Que insistamos
y perseveremos con ganas
en la oración de corazón.
Danos tu Espíritu, Señor,
para decir, como nos enseñas,
¡ Padre, escucha nuestra oración !
- Que así sea -

Lo inmediato y la noche



La abundancia de luz nos regala lo inmediato. Es nuestro este árbol, este pájaro, esta flor. Nuestra mirada se aquerencia en lo que está cerca, en los que nos rodea. Nos quedamos quietos en medio de nuestra jaula de cosas, y todo viene hasta nosotros traído por esa luz que abunda. Los colores, las formas, el movimiento: todo llega hasta nosotros, como llega el alimento hasta el enjaulado que termina por creerse el centro de todo lo que existe.
La jaula de la luz abundante puede amputar en nosotros la capacidad de volar. Y el que es incapaz de volar, termina por reducir la realidad a su pequeña realidad. Todas estas cosas que él cree poseer, y que en realidad lo poseen a él, pueden terminar por convertirse para él en lo único que existe; o en lo único que vale la pena pensar que existe. Terminará así por olvidar que en su misma tierra existen desiertos y ríos, montañas con nieve y selvas con pájaros en libertad. Terminará por no importarle que existan océanos y hombres que los navegan. Aunque sepa que existen otros mundos más allá de su propio planeta, esos mundos no le interesan para nada, y piensa que nada tiene que aportarle a su vida de jaula en su pequeña geografía satisfecha.
Y es entonces cuando viene la noche. La noche que nos empobrece radicalmente. Que al quitarnos la luz, nos arrebata todo lo inmediato. La noche que desenjaula en nuestro interior todos esos viejos miedos; que nos hace sentir pobres y desprotegidos. Que nos vuelve a hacer sentir la necesidad de creer en el ángel de la guarda. En que nuestro niño se despierta y vuelve a buscar refugio en su madre.
Y la noche, al quitarnos con la luz la presencia de lo inmediato, vuelve a encender allá arriba, muy lejos, la luz de las estrellas inmensas.
Porque las estrellas necesitan de la oscuridad para poder brillar. O tal vez no sean las estrellas las que necesiten de la oscuridad. En realidad somos nosotros los que necesitamos ser liberados de nuestra pequeña jaula luminosa, para así ser capacitados de poder ver esos inmensos astros de las lejanías que estaban allí, brillando desde siempre. Porque al arrebatarnos lo inmediato, la oscuridad nos capacita para ver lo real que brilla mucho más lejos. Nos ensancha el horizonte a las dimensiones del universo. Obliga al hombre a emprender el vuelo. La presencia de las estrellas en la noche ha permitido a los hombres largarse tierra adentro, hacerse navegantes.
Cuando la oscuridad de un hombre se preña con una estrella, su Noche mala se convierte en Noche Buena. La oscuridad nos da la oportunidad del silencio y nos capacita para la búsqueda. Nos obliga a ir hombre adentro y nos invita a adentrarnos en el mar. Hay estrellas inalcanzables que regalaron a ciertos navegantes audaces nuevos continentes. Eran hombres con capacidad de largarse al mar, mineros de la noche con la sola luz de una estrella.
Lo fecundo de la noche no está en que nos libera de las cosas inmediatas, sino que libera en nosotros la capacidad de ver más allá de lo inmediato. Nos obliga a ver lo exigente más allá de lo útil. Nos hace superar la necesidad y nos hace crecer hasta el deseo. Por eso nos capacita para la renuncia.
El dolor y la pobreza son fecundos, sólo si nos capacitan para volar.


Mamerto Menapace
publicado en el libro La sal de la tierra, Editorial Patria Grande.




Guía para el trabajo pastoral con el cuento Lo inmediato y la noche




por Marcelo A. Murúa



Lectura
Realizar la lectura del cuento en grupo. Es importante que todos los presentes tengan una copia del texto. Se pueden ir turnando dos o tres personas para leer el cuento en voz alta.
Rumiando el relato
Al terminar la lectura entre todo el grupo se reconstruye el relato en forma oral (se lo vuelve a contar).
¿De qué nos habla el autor en el cuento?
¿Por qué habla de la jaula de la luz?
¿Qué nos dice de la noche y las estrellas?
Elegir una frase del texto (releerlo rápido para ubicarla) que más le haya llegado/impactado a cada uno y compartirla en voz alta.
Descubriendo el mensaje
El cuento nos habla de la luz y de la noche. Estamos acostumbrados a adjudicar significados positivos a la luz, pero Mamerto nos sorprende descubriéndonos un aspecto menos considerado, el deslumbramiento, o exceso de luz que nos puede quitar la capacidad de ver, de hacer silencio, de buscar… La noche, figura de la oscuridad interior y de la apertura a lo nuevo, se presenta como espacio creativo y fecundo, momento de gestación de utopías, que engendra y nos recuerda nuestra capacidad de volar y trascender..
En tu vida, ¿qué cosas te causan este deslumbramiento de lo inmediato que dificulta percibir las cosas importantes o destierran de nosotros la capacidad de volar?
¿Hay estrellas en tu vida que orienten tus sueños, tus utopías, que amplíen el horizonte de lo cotidiano? ¿Eres fiel a esas utopías que el Señor va poniendo en tu camino?
La oscuridad nos da la oportunidad del silencio y nos capacita para la búsqueda, ¿cómo vives esto en tu vida? ¿Tienes momentos de silencio, te regalas espacios de búsqueda?
¿Qué aprendes del cuento para tu vida? ¿Cómo puedes aplicar el mensaje del cuento?
Compromiso para la vida
Sintetizar en una frase el mensaje que has descubierto en el cuento para tu vida. Compartirlo con los demás.
Para terminar: la oración en común
Leer entre todos la oración y luego poner en común las intenciones de cada uno.


Silencio, noche y renuncia
Señor,
enséñame a hacer silencio,
a callar en el interior.
Abre mis oídos
a la escucha profunda…
para conocer tu voz.
Señor,
anímame a hacer noche,
a cerrar los ojos
para abrir el corazón.
Descúbreme tu mirada
enséñame a buscar más allá.
Señor,
muéstrame el camino de la renuncia,
que calle para que tu hables,
que no vea, para que tu me me hagas mirar
(con tu mirada)
que me despoje
para comenzar a buscar de nuevo.
Libera en mí, Señor de la Vida,
la fecundidad del silencio,
de la noche y la renuncia,
para aprender, para descubrir,
para recuperar ideales y sueños,
para vivir la utopía del Evangelio

martes, 22 de abril de 2008

Volvimos....

Otro año juntos....nuevas esperanzas, otras que se renuevan, ganas de seguir creciendo....
en breve volveremos a publicar para seguir adelante con esta pagina...
un abrazo a todos y gracias.

jueves, 18 de octubre de 2007

Convivencia de Invierno 2007







Aca estan las fotos de la convivencia de invierno !!!...tarde pero seguro (es que en esa fecha todavia no existia la pagina...). Los días 27,28 y 29 de Julio pudimos disfrutar nuevamente de una convivencia de invierno con los chicos de San K. Se trabajó sobre las virtudes teologales: esperzanza, fe y amor.